Primera Ley de Moore

Por 1965, el joven ingeniero Gordon Moore, uno de los fundadores de Intel, pronosticó que el número de transistores que podían ser “incrustados” en un chip se duplicaría cada 2 años pero la realidad ha superado sus expectativas, porque, de manera bastante sistemática, esa duplicación de la capacidad de los chips, tanto en el caso de la memoria como en los procesadores, se ha duplicado cada 18 meses.

La consecuencia directa de la ley de Moore es que los precios bajan al mismo tiempo que las prestaciones suben, esta ley se aplica a ordenadores personales y teléfonos móviles o celulares. Sin embargo, cuando se formuló no existían los microprocesadores, inventados en 1971, los ordenadores personales, popularizados en los años ochenta y la telefonía celular o móvil apenas estaba en fase de experimentación.

Actualidad

La Ley de Moore es un desafío constante hacia los límites de la miniaturización de los chips que hacen funcionar todo tipo de máquinas que requieran al menos un procesador. Sin embargo, llega un punto en que por leyes de la física un transistor no se puede hacer más pequeño. Existe un límite físico que rompe por completo los esquemas de la ley de Moore.

Según Intel, la ley de Moore seguirá vigente aún hasta el año 2023, pero luego se habrá acabado. Para el año 2020, contaremos ya con procesadores de 7 nanómetros, considerado el tamaño mínimo alcanzable.

La muerte de la Ley de Moore no sólo reducirá el progreso tecnológico que ha impulsado los niveles de productividad desde 1970, sino que con ello arrastrará el crecimiento económico cada vez más dependiente de la evolución tecnológica.

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