Segunda Ley de Moore o ley de Rock

Los chips son cada vez más potentes y baratos, pero fabricarlos se convierte en un reto progresivamente más caro. Una factoría de chips podía costar a finales de los 60 unos veinte millones de dólares, pero, a consecuencia de la necesidad de utilizar tecnologías cada vez más sofisticadas para su fabricación, una factoría avanzada costaba a finales de los 90 más de dos mil millones de dólares. Según el consorcio de desarrollo de chips norteamericano Sematech, las factorías más avanzadas costarán en el 2015 más de diez mil millones de dólares. Se da el nombre de Segunda Ley de Moore a la afirmación de que el coste de las factorías de chips avanzados crece de forma exponencial.

la limitación que la Física parece poner a las dimensiones posibles de las líneas de circuito en un chip, se une, según algunos, la limitación puramente económica: las factorías de los chips más avanzados serán demasiado caras para seguir produciendo chips de precio progresivamente decreciente.

Actualidad

Afortunadamente, la industria de los semiconductores parece no tener techo. Con la inminente estandarización del Internet of Things, los wearables, las smart cities y otras tendencias, los semiconductores se hacen más imprescindibles que nunca, dejando aún un gran margen de crecimiento más allá de la telefonía móvil y los ordenadores de escritorio. No obstante, será el tiempo quien revele si la Segunda Ley de Moore, al igual que la primera, se mantendrá estable con el paso de los años o, en cambio, dejará de ser válida para las próximas generaciones.

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